Se casaron un sábado de julio, uno de los pocos días del verano que la lluvia quiso estar presente, pero no fue ningún impedimento para celebrar la boda al aire libre. Se contuvo mientras se celebraba el acto civil y eso gustó a los invitados
Ambos se vistieron en el Palacio, ella maquillada por Lorena de Mac y peinada por Barbara de Barbareando, una mezcla buenísima. Llevaba un traje de Pronovias y un tocado de La Touquet, donde Paula le supo hacer justo lo que buscaba.
El ramo de novia, fue obra de la floristería Rosas de Oviedo, que plasmo la idea de Ana tal cual.
Decidieron hacer la ceremonia civil en los jardines del Palacio del Rua Quince, rodeados de su gente, y acompañados por un cuarteto de violines.
La decoración en este caso se basó en el color lila y sus diferentes tonalidades. Las hortensias y la hiedra estuvieron muy presentes en el día.
Cuando los invitados llegaban a la ceremonia se encontraban con un puesto de Limonada para aquel que tuviera sed, no esperara al aperitivo.
Cuando la ceremonia terminó, los novios se fueron a hacer fotos por el casco antiguo de Oviedo, de la mano de MartínValle Fotógrafos. Una pareja que maneja el objetivo como nadie y saca unos reportajes renovados y limpios. ¡¡¡¡Me encantan!!!!
Mientras los invitados disfrutaban del aperitivo de Catering Deloya, ambientando con la música de Okka a la cabeza de Juan Coto.
Una vez dieron la vuelta los novios, pasaron a cenar a los salones del piso superior.
La cena, tambien servida por el Catering Deloya, estaba compuesta por varios platos y fue un lujo para el paladar de los invitados.
Una vez terminada, pasaron al salón a bailar, y allí pudieron ver un video precioso que sus amigos les prepararon y no parar de bailar hasta casi la mañana y es que otra vez más, Okka estuvo al nivel de ello para que el ritmo no parara. Juan os aseguro que es un as, y si queréis una persona que entienda de música y además, sea elegante en su trabajo, llamarlo, no os arrepentiréis.
Mientras bailaban, podian disfrutar en el photocall instalado en el jardin, o dejar un mensaje de recuerdo en el libro de firmas que Ana encargó con mucho cariño a Manoli Picatua para que fuera personalizado en la temática que ella había escogido, los viajes, y cuya invitación, ya reflejaba lo que iba a ser la boda.
Y por la noche, cuando todos estaban ya en la fiesta, el jardín se iluminó sutilmente, como a nosotros nos gustan las cosas, elegantes.
No os he dicho un secreto, estos novios, además de buenas personas, con corazón y todo lo que pueda decir es poco, son capaces de convertir cualquier sonrisa en perfecta 🙂
Mil gracias a Martin Valle por las fotos, de verdad.
Un beso