Wedding Planner Asturias

El timing de presión o naturalidad?

Hoy os quería contar algo que últimamente me está pasando bastante.

Se que a muchas os apetecería más un post de cositas de bodas (esta semana tendremos de ello), pero este tema a mi me está llamando la atención.

Resulta que después de mi boda, he podido comprobar como el tiempo en un día así, vuela, es decir, donde tu pensabas desayunar tranquila, tomarte un baño lleno de espuma para después echarte un maravilloso body milk a juego del olor del perfume que con tanto cariño buscaste y que más tarde te pondrás tranquilamente por aquellos lugares donde la dependienta que te lo vendió te dijo que aguataba más…se convierte en un voy a toda prisa desayunando algo, una ducha rápida sin body milk, porque imposible ponerlo y que seque rápido para poder ponerte la ropa interior y así vestirte cuanto antes, porque no sabes que ha pasado que las horas… volaron!!!!!!

Y aquí las wedding planner tenemos un papel importante. Mis novias, cuando voy coordinando, siempre tienen un horario donde voy marcándoles un poco lo que deben hacer, del mismo modo que el novio, claro está…
Os aseguro que si lo cumplen, les dará tiempo a desayunar, ponerse body milk e incluso ver la tv… y si no lo cumplen al 100%, también, pues yo me encargo de que ese horario esté bien elaborado.

Pero y qué ocurre con los proveedores? En un día así, miles de cosas suceden, imprevistos que nosotras somos capaces de solventar, pero cuidado… hay cosas donde yo no me voy a meter, porque a mi no me gustaría que se metieran en mi trabajo.

Lo que os cuento, me pasó hace unos días.

Estudio de diseñador de traje de novia: 
-Así que tu eres la organizadora de esta boda?
-Sí
-Pues espero que no seas de esas que no dejan ni moverse a los novios, ni saludar a los invitados, ni que se les acerquen!!! y espero que tampoco seas de esas que van con un cronometro en mano y cortes hasta el cura porque tus tiempos se están pasando…

Y me quedé pensativa…de verdad hay organizadoras que son así?… me quedo alucinada, me gusta la naturalidad, que haya tiempo para los imprevistos, y que yo sepa como moverlos… pero de ahí a que no se pueda saludar a los novios… me quedé bocas!!!! luego me siguió contando y no salía de mi asombro.

Pero el colmo me llegó, cuando hace unos días una novia, me dice que donde ella hace la boda, no les hace mucha gracia las organizadoras y que no las quieren allí ya… me entero de que en una ocasión, una organizadora les prohibió terminar de sacar los pinchos del aperitivo porque “tenían que entrar a comer ya…” y quién puede decir aquí algo? yo no me hubiera podido poner así!!! si todavía siguen saliendo pinchos, eso quiere decir que la gente todavía va a estar entretenida en el aperitivo, uno de los momentos que más disfrutan los invitados de una boda y creo, que por 15 minutos más, no vamos a ningún lado… El propio restaurante sabrá su tiempo, como van con la comida, si van así, me entero, pero, os imaginais que la gente pase al salón y tenga que esperar por la comida porque todavía no esté lista? Terrible

Igual hago mal, pero me gusta la naturalidad, que los novios estén cómodos en la boda, no sometidos a un estricto control de reloj y su segundero, y ya no hablamos de los proveedores, odio, y lo digo en grande, que el fotógrafo y el video, tengan que estar pendientes del reloj y presionados pudiendo hacer mal su trabajo y que el recuerdo más bonito, se vaya al garete…
Vale que se les pueda marcar el ritmo, pero con un espacio!!!!


Repito, pero que creo que una boda es un día en la vida, y después de mi boda, comprendí que aunque es muy importante que alguien vaya diciendo por donde ir para no perderte en tonterías, el margen de maniobra, la simplicidad (todavía no he casado a los Reyes) o el dejar trabajar a todo el mundo, es más importante, que un horario súper elaborado que aunque esté basado en la experiencia, me gusta pensar que cada boda es diferente y que no siempre el segundero es la aguja valida.


Con esto digo, que yo también elaboro un timing en cada boda, pero con un margen importante porque todavía no me he convertido en un ogro.

Y os pregunto, soy yo la rara? Pues lo seguiré siendo y disfrutando de ver a mis novios felices.

Besos
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